Añorando al "Compact Disc"
Añorando al "Compact Disc"
Cómo ha pasado el tiempo, la inmediatez pasó de ser una opción a ser una necesidad, ya no podemos concebir la vida sin internet, el cual nos ha acercado a un sinfín de cosas, de personas y por supuesto de música, ahora podemos elegir entre escuchar un álbum completo o solo algunas canciones del mismo y estamos solo a unos cuantos clicks de poder hacerlo. Antes era común ir a las tiendas a revolotear entre las cajas de cds.
Ese sonido tan característico cuando chocaban unas contra otras a muchos nos trae recuerdos, como ese guión que tantos hicimos nuestro:
Esperar a que ese disco que querías escuchar saliera a la venta, ir ese día y revisar cuánto costaba, juntar el dinero como podías, ni un peso más, reunías los $250.85 o cualquiera que fuera la cantidad y de inmediato ibas a comprarlo, si no lo encontrabas en una tienda buscabas en otras y cuando lo conseguías aprovechabas y revisabas cuanto costaba el siguiente que querías escuchar y el ciclo se repetía.
Ese camino tan largo nunca fue tedioso, al contrario, te creaba un vínculo con lo que escuchabas, porque llegando a casa lo que hacías era ponerlo y oírlo completo, de principio a fin, muchas veces leyendo el booklet a la par de las canciones, así te aprendías la letra, la espera hacía que escucharas el disco muchas veces, una tras otra, de la primera a la última canción, tal vez más adelante usabas el random de tu estéreo pero te dedicabas a escuchar, hacías tuyo el disco.
Los hacías parte de ti y de tu vida de tal forma que te acompañarían por siempre, años más tarde escuchas cualquiera de sus canciones y te recuerda a cómo pasaste aquel primer día que lo tuviste, te lleva a aquellos años.
Del otro lado de la ecuación, los artistas se preocupaban por hacer buenos discos, no buenos singles, tristemente a raíz de esa capacidad de elección entre “comprar el disco completo o comprar esta y esta canción” esa tendencia parece estar desapareciendo. Hacer un disco alrededor de una o dos canciones no es nuevo pero si es más común rellenar 10 de los 12 tracks sólo por cumplir un requisito.
Se agradece cuando se preocupan por ofrecer algo sólido, cuando se acomodan de manera adecuada los tracks dentro de un álbum, cuando se toman su tiempo.
Ese vínculo creaba una atmósfera increíble cuando podías ir a ver a esa banda en vivo, era la misma situación que con los discos: Reunir dinero-comprar-esperar-volverse loco y disfrutar. Te volvías loco porque todo el concierto te parecía alucinante, todos se sabían todas las canciones y el artista disfrutaba su disco.
No estoy seguro de que hoy en día se pueda hacer lo mismo, la espera para poder escuchar algo nuevo no era casi eterna pero sí algo larga y eso era benéfico, hoy cambiamos de música a cada rato. Es diferente al día de hoy, ¿es malo? No lo sé, pero la última época que recordaré por un disco será por ahí del By the Way. Lo recordaré porque estoy emocionalmente conectado a él como a muchos otros.
¿Qué hay más allá?
El Appetite for Destruction no me tocó en su momento como un lanzamiento y Guns & Roses no me llegó como una banda nueva, viví muy poco del 87 y lo hice sin conciencia, pero aun así ese disco es importante y no por lo que representa en la historia del Rock & Roll sino porque diez años después mi hermano olvidó un cassette, una cinta que jamás devolví.
Apenas lo escuche me mostró un mundo del que no estaba enterado y entre por la puerta grande, con un buen disco de pies a cabeza. No sabía quien era “ese que cantaba” ni que instrumentos eran, sabía que me gustaba y nada más. Eso pasa cuando la música entra más allá de nuestros oídos y llega hacia nuestros adentros. Se vuelve parte de tu ADN.
La fecha en que lo escuché no la recuerdo, solo sé que tenía 10 años, que no me gustaba la primaria, que en el fútbol mi equipo fue campeón y que era el único que no sabía andar en bicicleta en mi cuadra, a todas estas situaciones me suena aquel disco, muchas se agregarían después , pero invariablemente las canciones de Izzy, Steven, Axl, Slash y Duff tienen más sabor a estos recuerdos. Y a sentimientos también.
El momento en el que nos acercamos a la música queda de alguna manera impregnado de las circunstancias por las que estamos pasando en esa primera escucha, el cuan arraigadas queden estas dos (música y circunstancia) depende casi siempre del tiempo que dediquemos a escuchar. Y lo repito, es lo que debemos hacer: Escuchar.
Es sencillo darse cuenta qué álbums están pensados de pies a cabeza.
Pregúntense ¿Cuáles canciones de sus discos favoritos les gustan más? Y después ¿Cuántas de esas canciones fueron singles?. Apuesto a dos cosas: No se acuerdan de cuales sí fueron singles y si lo hicieron les gustan más o de igual forma canciones que no lo fueron. Ese es un buen disco. Muchas bandas podrían sacar un “Non-Greatest Hits”.
Permitirnos poner un disco de principio a fin nos da la oportunidad de encontrar buenas canciones, que tengamos tal cantidad de música como para ocupar enorme espacio en nuestros dispositivos no debería ser un pretexto, convirtámoslo en una oportunidad, un día para un disco.
Hay ocasiones en que los álbums necesitan más de una escuchada para que en verdad puedan gustarnos, porque son buenos aunque no sencillos de entender, si escuchamos un disco varias veces en un día podríamos estar seguros de si nos gusta o no, es como en los libros, preferible uno que te ponga a pensar que uno que termines en tres días.
Desde la perspectiva de una banda no podemos olvidar que la música puede considerarse una forma de arte y el artista puede sacar su inspiración de cualquier lugar pero regularmente las cosas salen mejor cuando quien escribe y compone busca dentro de su vida misma, con honestidad. Cuando buscamos afuera la respuesta, esta suele estar dentro.
El acercamiento limpio y consciente también permite este arraigo dentro del músico porque parte de sí mismo queda en cada track, el tiempo que se invierte, el agotamiento psicológico que para algunos podría implicar ahondar en situaciones que prefieren olvidar, la frustración, la inseguridad de estar haciendo bien o no las cosas, todas estas situaciones permiten una catarsis y en consecuencia madurez, de esta manera, se le toma cariño al disco y al tocarlo se disfruta, no se sufre.
Cuando un músico puede decir “sufrí al componer esta canción pero gracias a ella pude quitarme un peso de encima, pude sacar un demonio interno, pude quitarme un miedo de años” estemos seguros del compromiso que tiene con su música y en adelante podrá tocar esa composición con más apego y eso es bueno para todos, para él y para nosotros.
Si las bandas que les gustan hacen esto, agradézcanlo.
Todos somos un circuito, y para que este funcione necesitamos estar en constante comunicación, respetando cada una de las partes y etapas para que se pueda seguir produciendo música de calidad.
Músico: —Yo me comprometo a hacer un buen disco.
Fan: —Yo me comprometo a escucharlo.
Muy buen post me hizo recordar buenos tiempos
ResponderBorrarComo SIENPRE buenísimo el
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