¡Estoy obsesionado con la música y la guitarra!

¿Le dedicas muchas horas de práctica a tu instrumento?

¿Has pensado en que posiblemente estás obsesionado con la música?

Esta cuestión es compleja de abordar y la respuesta no es nada simple. Una obsesión es cuando una idea, tema o actividad habita de manera permanente en nuestra mente. Esa imagen se impone en una persona de manera constante, muchas veces controlando nuestra voluntad, siendo muy difícil de reprimir.

Se puede estar obsesionado con prácticamente todo; una banda de rock, los videojuegos, una serie, las redes sociales (una bastante común hoy en día), una persona,  un autor de libros, el ejercicio, la comida... ¿pero con la música? ¿realmente es tan malo?

La vehemencia y la pasión son los ejes fundamentales del arte. ¿Cuántas canciones no hemos escuchado sobre amores imposibles que anhelan de manera impetuosa llenar el vacío que dejaron sus ex-parejas? Esa sensibilidad a flor de piel es lo que nos une como músicos, deseosos de conectar con otro corazón a través de una melodía, una progresión de acordes o una frase que habita dentro de nuestra mente.

Esa misma pasión es la que nos mantiene todos los días con la música, con nuestro instrumento practicando durante horas.

Sin embargo la diferencia entre obsesión y disciplina se centra en una palabra: el orden.

El orden es lo que vuelve a la obsesión en disciplina. Lo que nos permite estructurar una estrategia con base en resultados esperados, y por ende, lograr evolucionar en una determinada actividad.

La compulsión de algunos artistas en su arte es lo que les ha permitido conquistar sus metas y ganarse a su público. Ese ímpetu de llevar al límite sus capacidades es una constante que sigue inspirando a generaciones enteras.

El arte de poner a trabajar una obsesión en pro de nosotros es el equilibrio y el orden.

En el siguiente video abordo el tema con mayor profundidad.

¡Espero te guste!

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